La fotografía llevó a Aaron en 2000 a Los Ángeles, donde ahora vive con la cámara siempre a mano, con su mujer Michelle y su hija Lyla.
Todo empezó cuando tenía 20 años de edad y aterrizaba de nuevo en casa de sus padres con una pierna rota, después de haber montado en monopatín durante una semana y tras haber dejado la universidad. Su madre le regaló su vieja cámara Konica de 35mm por su cumpleaños y le hizo una foto para que así se matriculara en el Spokane Falls Communtity College y de esa manera se fuera de casa.
Pero quedó enganchado a la fotografía en el preciso instante en el que vio la primera foto aparecer por el revelador. Al semestre siguiente se volvió a matricular en el WSU para acabar con una BFA en Bellas Artes en Fotografía.